Brujeria, Magia y Hechizos que Funcionan

22 julio 2011

Ritual de Endulzamiento con un Microondas

¿Os habéis planteado realizar hechizos con un horno microondas? El simbolismo que le podemos dar a un microondas es el de acelerar los procesos (la cocción, los procesos de la vida, los procesos energéticos,...). Uniendo nuestras visualizaciones y nuestras emociones con el simbolismo del microondas estamos manipulando las energías acelerándolas, que es lo contrario de lo que hacíamos con el congelador en los posts anteriores.

Raquel es una estudiante madrileña que coincidía con Víctor en la biblioteca para preparar los exámenes. En la sala de lectura se cruzaban las miradas, alguna vez se sonrieron tímidamente, pero él no daba ningún paso y ella sentía atracción por él y quería de alguna manera ayudarle, endulzarle, acelerar, potenciar esa atracción que ella creía que Víctor también sentía pero que no se atrevía a expresar por timidez.

Hechizo de Amor

Una tarde le hizo una foto con el móvil mientras él estudiaba. La imprimió en papel, la recortó y detrás escribió los nombres de los dos, enlazados. Envolvió la foto en una cartulina rosa y la depositó en un recipiente de plástico de los que se usan para microondas, rebozada con unas cucharadas de azúcar moreno. Durante siete noches seguidas hizo el siguiente ritual:

Se relajaba con unas respiraciones profundas, metía el recipiente en el microondas durante un minuto a potencia media, mientras imaginaba con todo detalle la cara de su chico acercándose a besarla. Lo hacía concentrada, con la intención de transmitirle a él ese deseo que ella sentía. Pasado el minuto sacaba el recipiente del horno y lo escondía en un sitio discreto.

Hizo este ritual durante siete noches seguidas. Para ella era el momento más dulce del día. La última noche, después del ritual sacó la cartulina con la foto y la envolvió en papel de aluminio bien doblada, a modo de talismán para poderla llevar en el bolsillo del pantalón.

Todas las tardes iba a la biblioteca con aquella foto endulzada en el bolsillo y se aseguraba de coincidir en la misma sala que Víctor.

Pasó otra semana, terminaron los exámenes y los alumnos hicieron una fiesta de fin de curso. El destino hizo su trabajo, varios amigos comunes hicieron que coincidiesen en el mismo grupo y allí las miradas se alargaron, y después de las miradas, las risas, y después.... bueno, lo podéis imaginar.

Hay que decir que el ritual potenció o aceleró un sentimiento que ya existía previamente aunque muy débil. Raquel pudo jugar con los colores del recipiente de plástico, por ejemplo utilizar el rojo que simboliza la pasión, igual que el color rosa de la cartulina. Puedo utilizar miel en lugar de azúcar. Incluso si no tuviera fotografía, podría haber utilizado el nombré de él, escrito en la cartulina. Todo esto es accesorio, pero su simbolismo sirve o ayuda a focalizar nuestro pensamiento y nuestra intención en lo que pretendemos conseguir.

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